Medianoche de un sábado cualquiera, en la segunda cadena emitían una película para mayores. Pero, en esa película, algo llamó la atención a una niña de apenas doce años, su música. La película se llamaba Lady sings the blues y era sobre la vida de Billie Holiday. Desde muy pequeña, todo ese mundo del Jazz de las décadas de los treinta y cuarenta apasionaba a aquella niña. A pesar de que nunca había oído hablar de esa mujer, quizás, ni siquiera había oído sus canciones hasta ese momento. Pero la historia de aquella vida tormentosa y su música, la cautivaron. Protagonizada por Diana Ross mostraba toda esa vida tan corta pero tan intensa que llevó Eleonora Fagan Gough. Fue casi por casualidad como comenzó su carrera cantando "Trav'lin all alone" en un club de Harlem al que asistió para una prueba para bailarina. La prueba supuso un fracaso para la bailarina pero un éxito para la cantante. Desde entonces, y hasta el día de su muerte (a pesar de su corta vida) dejó un gran legado para el mundo del jazz.
El pasado 17 de julio hizo 53 años de su muerte y, por ello, desde "Dos Segundos" he querido hacer una breve reseña a la gran Holiday y explicar como su música se adentró en mi vida con apenas 12 años.
Como quiero que sea norma en "Dos Segundos", gastronomía y música irán de la mano.
Hoy mis "Dos Segundos" han sido escuchando "Night and Day", de Billie Holiday y disfrutando, junto a mi familia, de un trozo de Tarta de piña y nata.
Receta de Tarta de Piña y Nata
Ingredientes
. Una piña madura o en su defecto una lata de piña al natural
. Bizcocho casero o magdalenas
. Nata para montar
. Azúcar al gusto (para la nata)
. Fideos de chocolate para adornar
Elaboración
En la base de una bandeja ponemos bizcocho casero o magdalenas cortadas formando una capa.
Trituramos la piña y la ponemos cubriendo la capa de bizcocho o magdalenas.
A continuación volvemos a cubrir con bizcocho y de nuevo con piña.
La última capa es de bizcocho. Montamos la nata con el azúcar (ésta al gusto), tiene que quedar bastante dura. Yo la hago con varillas manuales pero la batidora eléctrica es más rápida.
Por último cubrimos con la nata y adornamos con fideillos de chocolate y... al frigo.
¡Hay que comerla muy fría!
¡Hay que comerla muy fría!