viernes, 21 de diciembre de 2012

Enseñar



El día 27 de noviembre se celebró el día del Maestro. Hay muchos días en el calendario que se suelen conmemorar de forma especial, pero si tuviera que quedarme con uno, sería este. Todos hemos sido alumnos alguna vez ¿ y qué es un alumno sin su maestro ?
Maestro significa, el que enseña, el que guía y seguro que en nuestro trayecto como alumnos, ha habido alguien a quien hemos seguido y que nos ha dejado una huella imborrable en el corazón. Y cuando echamos la vista atrás y revivimos nuestro tiempo de estudiantes, aparece el recuerdo de esa persona que marcó nuestro camino y que, se quedó en nuestro interior. Por su sabiduría, sus enseñanzas y el modo de transmitirlas, dedicación, bondad, humanidad, porque el verdadero maestro nace no se hace.

Podría citar los nombres de muchos de los maestros que han pasado por mi etapa de alumna, pero por respeto y temor a que pueda olvidarme de alguno de ellos, sólo voy a nombrar a uno, Don Luís, mi maestro.
Fue maestro de maestros. La humildad y la bondad eran su cara más visible. La lección más importante para él era, aprender de los demás.
Me dio clase de Lengua en los tres últimos cursos de la antigua EGB, pero su recuerdo se ha quedado en mí para siempre, y seguramente en la de otros que también tuvieron la suerte de conocerle.

Como he mencionado al principio, esta entrada quiero dedicarla a todos los que pasan gran parte de su vida entregándose a sus alumnos, desviviéndose por ellos, trazándoles el camino a seguir, disfrutando de su vocación, en definitiva, enseñando.

Pero es, a dos maestros muy especiales para mí, a los que he querido reservar un espacio en Dos Segundos.
Ya sabéis que cada entrada termina con una receta y siempre de fondo, suena una melodía. En esta ocasión van a ser ellos los que pongan el toque culinario y la sintonía.
 La receta es para, mi querido J.M. alguien que ha dedicado toda la vida a sus niños (como él los ha llamado en ocasiones), jubilado pero maestro para siempre, porque, los maestros de verdad no dejan de serlo cuando terminan sus años de docencia.
 Hoy vamos a tomar un exquisito arroz con leche, que con seguridad será del gusto de un buen goloso.

El  encargado de poner ritmo hoy a Dos Segundos, es otro maestro con mayúsculas.
Persona muy especial," luminoso", como un día lo definió un alumno, debido a la gran luz que alberga en su alma y que transmite a los que están cerca de él. La bondad y la dulzura se hacen visibles en su persona.
Para él va a sonar una canción del legendario Bob Dylan , Things have change.
 
Tanto uno como otro, tienen los ingredientes esenciales para ser el ejemplo de lo que es un maestro, enseñan, guían, transmiten e iluminan, y sin duda alguna, se quedan en los corazones de los que se han cruzado en sus vidas y han tenido la suerte de ser sus alumnos.

¡No dejéis nunca esa luz, que alumbra el camino de aquellos a los que enseñáis !



Hoy he encontrado mis dos segundos cuando alguien me ha hablado de mis hijos, curiosamente, un maestro.


Arroz con leche

Ingredientes:

. 115 gr  de arroz (nunca de grano largo)
. 150 gr de azúcar.
. 1 ltr de leche.
. Corteza de limón o naranja
. Canela en rama.
. Canela molida.

En un cazo, ponemos la leche junto con las corteza (sin la piel blanca) de limón o de naranja.


Echamos el arroz y no dejamos de remover hasta que el arroz esté casi tierno. Entonces añadimos el azúcar y seguimos moviendo. Apartamos la rama de canela, para que no se parta y queden trocitos, así como las cáscaras de limón o naranja.
Cuando esté hecho, se reparte en cuencos y se deja enfriar. Una vez frío se espolvorea con canela molida y a la nevera.

Hay muchas formas de hacer el arroz con leche. Yo he elegido ésta que es la que siempre ví en casa. La única complicación de esta receta es el tiempo que se tarda en hacerlo ya que hay que remover constantemente para que el arroz no se pegue al fondo.

viernes, 30 de noviembre de 2012

Noviembre huele a Jazz


Hay muchos rincones en mi ciudad en los que, durante todo el año, el aroma del Jazz está presente. Pero es en el mes de noviembre cuando ese olor se hace más denso y nos envuelve a todos los que de algún modo este ritmo nos eleva el alma. Incluso llega,  a través de la calle, a aquellos que gusten disfrutar al menos dos segundos de esta música.
¿Y a qué huele el jazz? Para mí todo estilo musical tiene un olor que lo caracteriza, y el jazz tiene el suyo propio. Es el olor del local clandestino donde el aire está cargado de alcohol, perfume de mujer e incluso si me permitís, a humo de tabaco. Donde empezaron lo más grandes de este mundo tan particular, todos esos que hicieron de esta música historia, dejando un gran legado,  base de inspiración de otros muchos que han llegado hasta nuestros días.
Año tras año nos volvemos a dar cita todos los que nos dejamos impregnar de este aroma, para poder disfrutar de un magnífico programa que lleva envolviéndonos desde hace treinta y tres años ¡ casi nada !


Este año nos hemos podido llenar de la música de Wallace Roney, Larry Coryell, Omar Hakim, Rick Margitza y Ralphe Armstrong homenajeando al gran Miles Davis. También han pasado por esta ciudad, Paolo Fresu y Omar Sosa, Roy Hargrove Quintet, entre otros, hasta culminar con el gran maestro Pakito D'Rivera .
Empezamos la cuenta atrás, deseando que el año que viene, este Festival nos vuelva a rodear de ese olor tan especial, que desde hace más de tres décadas deja en nuestra ciudad. 

La receta de hoy en Dos Segundos es Trufas de Chocolate y Brandy.
¿Acaso hay algo más placentero gastronómicamente hablando, que un bocado de chocolate? 
Mi amigo José Manuel, gran entendido del mundo del Jazz y del que he aprendido mucho, incluso me ha enseñado a escuchar aquellos ritmos que para mí eran bastante desconocidos, siempre me decía que para él no había mayor placer,  que mientras el sentido del oído, durante un concierto de Jazz, hacía que su alma subiera hasta lo más alto, el sentido del gusto lograba la misma sensación en ese momento, degustando algo de chocolate.

Ingredientes

200 gr de chocolate fondant.
125 ml de nata
100 gr de azúcar glass.
50 gr de mantequilla.
1 cucharada de brandy.
Fideos de chocolate.                                       

Elaboración
Ponemos el chocolate troceado en un cazo al baño María y sin dejar de remover, deshacemos el chocolate añadiendo la mantequilla, el brandy y la mitad del azúcar glass, hasta que todos los ingredientes se hayan mezclado.
Apartamos del fuego y dejamos enfriar. Lo metemos en la nevera durante una hora aproximadamente.
Montamos la nata (tiene que estar muy fría) con el resto del azúcar y añadimos a la mezcla de chocolate, envolviendo de abajo a arriba para que no se nos baje la nata.
Tiene que quedar una mezcla esponjosa. volvemos a meter en la nevera durante otra hora.
A continuación pasamos a formar las bolitas, ayudándonos de dos cucharillas pequeñas. Una vez hechas las pasamos por los fideos de chocolate y vuelta a la nevera.
El paso siguiente son los dos segundos que obtengamos con cada bocado de esta delicia.

Esta vez voy a sugerir como fondo musical, El blues de Mrs Cellie, preciosa escena de la película El Color Púrpura, con una gran carga sentimental, donde para mí se refleja ese olor a Jazz.

*Gracias José Manuel por compartir una pasión por un gusto musical y convertirlo en una afición.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Derecho a un Derecho


La semana pasada me encontré con mi amiga, Rainnia, a la que hacía tiempo que no veía. Rainnia es búlgara y vive desde hace seis años en España junto a su hija. Lo que el tiempo nos permitió, hablamos de unas cosas y otras, entre ellas de cocina (como sabéis, una de mis aficiones). Me facilitó unas recetillas típicas de su tierra, y me invitó a que algún día pasara por su casa para prepararlas. Le pregunté  cuál era la comida que temía que hubiese hecho su madre cuando volvía de la escuela,  y cual era la que más le gustaba. Ella me dió una respuesta que me sorprendió: no fue al colegio siendo niña, sabía lo que iban a comer en su casa porque.... lo cocinaba ella.
Así dejamos a un lado la conversación gastronómica y pasamos a hablar de esta parte de su vida. Inmediatamente quise saber el porqué, resultaba difícil creer  que alguien viviendo en un país, de los que en occidente entendemos como "civilizado", no hubiese ido al colegio.
Tenía siete hermanos varones por delante de ella: sus padres "buscaban" la niña que los cuidara en la vejez.
Sus hermanos estudiaron en la Universidad, ella sólo aprendió a leer y a escribir por cuenta de uno de ellos y a escondidas de sus padres.

Rainnia no es una abuela contando batallitas de su infancia, sólo tiene 35 años. Nacida en la civilizada Europa, ni siquiera tuvo opción a uno de los derechos básicos del ser humano, el derecho a la educación.

Hace unas semanas leí en la prensa que Malala Yousafzai mejoraba de sus heridas. Ella es la niña pakistaní a la que dispararon por el simple hecho de ir a la escuela y reivindicar el derecho a la educación escolar de la mujer en su ciudad.

Cuando leemos noticias así nos escandalizamos y pensamos siempre en una sociedad que queda muy lejos de la nuestra en cuanto a prácticas religiosas o vida social. Pero desde el momento en que nosotros, integrantes de este mundo civilizado, coartamos la libertad de nuestros hijos en un derecho tan básico como es ir al colegio nos convertimos en unos fanáticos intransigentes.

El pasado 26 de octubre, los colegios de mi barrio se unieron con un fin común: reivindicar ese derecho tan esencial de nuestros hijos, ir a la escuela. Esto lo llevan haciendo varios años y consiste en manifestarse por las calles del barrio y llamar la atención de aquellos que de algún modo están privando a sus hijos de ese derecho. Al final del acto, se lee un manifiesto relacionado con el hecho por el que están allí. Después hay juegos y diversas actividades para concienciar a los niños  de la importancia que tiene ir a la escuela. Les corresponde hacerlo a los alumnos del último curso de Primaria junto a sus profesores.

La infancia de Rainnia, la historia de Malala o el niño de nuestro barrio que vemos en la calle casi todos los días en horario escolar, no son diferentes entre sí.
A ellos se les ha negado un derecho, el motivo no importa... sólo es una excusa.  Aunque el futuro se presenta un tanto complicado en los próximos años, no seamos integristas de nuestros hijos ni cerremos puertas desde su infancia, ellos son el futuro y eso, empieza en el colegio.

Rainnia compagina la crianza de su hija con el trabajo y con lo que siempre soñó desde niña, sus estudios universitarios.
Malala se recuperará y seguro que lo ocurrido en su vida, no será un freno para seguir luchando por esa libertad que todos deberíamos tener.
Respecto a los chicos anónimos de nuestro barrio que, pudiendo, no usan ese derecho, quizás queden cada vez menos. Y quizás sea gracias a esas personas que deciden salir a la calle durante una mañana para recordarnos a todos que están ahí, y que asistir a la escuela es un derecho, y una obligación.

Hoy he encontrado más de dos segundos junto a mi amiga Rainnia, y gracias a su historia, me ha hecho ver todo aquello que tenemos y no sabemos valorar.
 
 El hilo musical en esta ocasión en Dos Segundos corresponde a Aynur Karadogan, cantante turca que reivindica con sus canciones los derechos a la libertad, a la educación, sobre todo de la mujer kurda.
 Como receta estaría bien dedicar unos segundos a alguna de las que me ha proporcionado Rainnia, pero ella le tiene especial cariño a una que, sin ser típica de su país, la ha preparado en numerosas ocasiones: era un de las preferidas por su padre (al que ella adoraba) porque vivió muchos años en Turquía. Se trata del Hummus o Crema de Garbanzos.


Hummus

Ingredientes
1/2 kg de garbanzos
1/2 cebolla
1 hoja de laurel
1 ajo.
1/2 limón.
Sal (al gusto).
1/2 cucharadita de tahina o crema de sésamo (fácil de encontrar en cualquier hipermercado)
Un poco de perejil picado.
Pimentón dulce o picante (al gusto)
Aceite de oliva.

Elaboración

Ponemos los garbanzos a cocer junto a un trozo de cebolla y una hoja de laurel hasta que estén tiernos. Esto puede ser en olla tradicional una hora y media y en olla rápida, unos cuarenta y cinco minutos más o menos. Si se quiere más rapidez, se pueden utilizar garbanzos en bote, ya cocidos, pero el sabor no es el mismo.
Cuando estén tiernos, los echamos al vaso de la batidora junto con el resto de ingredientes menos el pimentón. Si nos cuesta batir, añadimos un poco de agua de la cocción y si son de bote, un poco de agua caliente. Obtendremos una pasta o crema, que extendemos en un plato llano y a la que añadimos el pimentón y un buen chorro de aceite.
Se come con pan tipo árabe, pero en su defecto, un buen pan de Alfacar es igual de apropiado.

Esta receta es típica de muchos países del Mediterráneo, Marruecos, Turquía, Grecia, Líbano, en casi todos se elabora de forma muy similar aunque cada uno aporta su pequeño toque personal. Hay quien le echa algo de canela, otros ponen cilantro en vez de perejil, adornan con aceitunas negras e incluso con trocitos de queso tipo feta por encima.

sábado, 20 de octubre de 2012

Larga Espera

Desde antes de nacer, ya esperamos. Esperamos ese momento de ver la luz de la vida. Como madres y padres, esperamos para poder ver a nuestra criatura, que durante nueve largos meses ha crecido en nuestro interior.
Seguimos creciendo y seguimos esperando, a terminar nuestros estudios, a tener un buen trabajo, a nuestro amor, a envejecer, esperamos a morir, esperamos, esperamos...

Esperar es saber que lo que deseamos se puede hacer realidad con el tiempo, con el esfuerzo, con la lucha, pero sin alterar el ritmo natural de las cosas. Nos ha tocado vivir un tiempo difícil de crisis económica, de crisis de valores, de crisis de perspectivas en todos los aspectos, y en esta etapa en la que estamos, es muy importante saber esperar, por supuesto sin abandonar esa lucha y  esfuerzo.
Hace muchos años un gran amigo me dio un consejo ¡aprende a esperar! y lo seguí. A él la vida no le dió la oportunidad de esperar a nada.




Y es que en definitiva , la vida es una Larga Espera en la que hay que encontrar nuestros dos segundos diarios que nos iluminen el camino a donde queramos ir.

Hoy en Dos Segundos, mientras aprendemos a esperar y haciendo alusión al título de esta nueva entrada, escuchamos Long Wait (larga espera) del músico y compositor turco Omar Faruk, canción de extrema belleza que puede reportarnos algo más de dos segundos de placer sólo con escucharla.

Ya sabéis la norma de este blog de incluir también alguna receta de cocina siempre casera, para que también nos aporte esos breves instantes de placer. Esta vez he escogido algo delicioso y acorde con la época otoñal (como en la entrada anterior) mermelada casera de moras.

Ingredientes 



.1/2 kg de moras de zarza.
.La mitad de azúcar que el peso total de la moras.
.1/2 manzana pelada y troceada.

Elaboración

Se enjuagan las moras bajo el grifo, nunca dejándolas en remojo, para quitarles restos de polvo.
Se dejan en un recipiente con el azúcar durante una noche o unas doce horas, removiendo de vez en cuando, pero con cuidado de no deshacerlas mucho.

Una vez pasado este tiempo, las ponemos en un cazo, mejor si es antiadherente, junto con el líquido que han soltado y la manzana troceada.
Ponemos a fuego lento y movemos para que no se pegue. La mermelada estará hecha cuando al poner una cucharada de ésta en un plato, lo volquemos y no se caiga.

Si no gusta que se noten las moras o trozos de ellas, batir al final de la cocción.

Consumir en los días posteriores, pero si no va a ser así, esterilizar unos frascos de cristal y envasar al vacío para poder guardarla durante meses.

* Lo bueno de esta receta es que además de fácil, exquisita al paladar, y reportarnos esos instantes de placer gastronómicos, también podemos encontrar nuestros dos segundos, saliendo al campo para recolectar las moras, en familia, solos, con amigos...

Esta entrada está dedicada a la memoria de Víctor.

domingo, 30 de septiembre de 2012

¡Comenzar!

Autumnal 

Se empeñan en hacernos creer que el año comienza en enero, con aquello de las uvas, cuando al comenzar a comer la primera aún estamos en el año saliente y cuando llegamos a la decimosegunda  ya estamos en un nuevo año. Y no ha pasado nada excepto eso, que nos hemos comido doce uvas.

Pues bien, para mí el año comienza ahora, en septiembre, a la vuelta del verano, casi entrados en otoño o bien entrados ya.

Después de poner nuestro cuerpo a ralentí durante poco más de dos meses, hay que empezar a funcionar y a despertar. ¡Comenzar! Y cuesta, ¡vaya si cuesta!

Nos enfrentamos a una nueva estación del año en la que, aunque aún hay muchos días veraniegos, las horas de luz disminuyen, y eso ya empieza a fastidiarnos.
Hay que volver a la rutina, que por otro lado tampoco viene mal, prisas, falta de tiempo para todo lo que tenemos que hacer y todo esto hay que asimilarlo en pocas semanas después de una larga temporada de calma.

Pero no todo va a ser malo en el comienzo, también viene una estación en la que el campo se llena de luz y color con las distintas tonalidades de las hojas de los árboles, el color de la tierra, la luz del cielo e incluso esos días que se presentan con temperaturas veraniegas, nos pueden invitar a disfrutar de agradables paseos a la orilla del mar e incluso a gozar de algún baño en sus aguas aún templadas.

Siguiendo con el lado bueno del comienzo, la rutina puede ser también un beneficio: comidas y sueño a sus horas, organización, todo vuelve a su sitio. Y es que al final, te das cuenta, que somos animales de costumbres y rutina y que fuera de ella necesitamos volver a poner las cosas dónde estaban ¡Comenzar!

En esta etapa de cambio hay a quien el comienzo le cuesta más que a otros, por eso, es muy importante saber encontrar los dos segundos mínimos, paseando por el campo, por la ciudad, en la playa, en casa, en el trabajo... Solos o acompañados.

Hoy en Dos Segundos como música de fondo suena un tango: Por una cabeza, de Carlos Gardel. Lo he elegido porque, para mí,  tiene el tono melancólico que sugiere esta estación pero a la vez me transmite energía y una gran vitalidad proporcionándome esos dos segundos tan necesarios ahora. Y si sois de los que hacéis pinitos en el mundo del baile, no lo dudéis, este tango es una maravilla.

Como bocado placentero hoy tenemos algo acorde con la estación otoñal, Trufas de boniato y almendras.


Ingredientes

· Boniatos
· Almendras peladas
· Anís                                             
· Canela molida
· Coco rallado


Elaboración

- Asamos los boniatos durante 50 ó 60 minutos, cuidando que no queden demasiado blandos.
- Cuando estén asados, se pelan y se les quita las partes fibrosas que algunos tienen.
- En una bandeja de horno se ponen las almendras y se tuestan hasta que queden de color dorado (mucho cuidado que se queman muy pronto). Esto tarda poco tiempo.
- Una vez tostadas se pican pero, si no se quiere notar el grano de la almendra, al comer la trufa, moler hasta que quede una pasta.
- En un bol se echan los boniatos asados, la almendra picada, un chorrito de anís dulce (al gusto y opcional), azúcar (también al gusto porque el boniato ya es dulce) y canela molida.
- Se remueve todo hasta integrarlo y se deja reposar durante una hora .
- Por último vamos cogiendo porciones de esta masa y haciendo bolitas que pasamos por coco rallado o almendra picada.

Nota: esta receta está dedicada a mi suegra, que fue quien me la enseñó recordándola de su infancia.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Luna llena de verano



El pasado 4 de junio, junto con mi familia y un grupo de amigos, pudimos disfrutar de un maravilloso paseo por el campo con la única iluminación del resplandor de una bellísima luna llena.

Entonces pensé ¿cómo es posible que no gocemos más de estas cosas que tenemos ahí, tan lejos, pero tan cerca al mismo tiempo?. Sólo hay que mirar y saber ver y, por supuesto, saber vivir ese momento que nos puede aportar "Dos Segundos" de placer.

 Así que durante el verano me propuse que cada vez que hubiera luna llena, donde quiera que estuviese, tendría que salir a contemplarla.


La siguiente la pude vislumbrar desde la playa y me pareció igual de preciosa. En agosto hubo dos lunas llenas: una al principio y otra a final de mes.

De la primera luna de agosto disfruté mientras paseaba por un parque de mi ciudad.


 La última luna la he contemplado en mi pueblo y os pongo en situación: patio de casa, tumbada junto a un gran jazmín y a un collejo naranjo que sirve de "dormitorio" a diez o doce pajarillos.


De techo, una luna brillante y esplendorosa. De fondo, la Sonata Claro de Luna de Beethoven y como toque culinario, un buen trozo de tarta casera de manzana,almendras y canela. ¿Acaso no se merece ese momento por lo menos "Dos Segundos"?


Tarta de manzana,almendras y canela 

Ingredientes 
 . 1/2 kg de manzanas
. 100 g de almendras molidas
. 150 g de mantequilla
. 150 g de azúcar . 50 g de harina
. 1 cucharadita de levadura en polvo
. 1 cucharada de canela molida
. 1 cucharada de azúcar glas
. 2 huevos

Elaboración 
 Dejamos que la mantequilla se ablande a temperatura ambiente. Añadimos la mitad del azúcar y los huevos, y batimos hasta que obtengamos una mezcla espumosa (paciencia).
Agregamos la almendra molida,la harina y la levadura y remover. Pelamos las manzanas y las partimos quitándoles el corazón. Rallamos las manzanas. Cubrimos con un disco de papel de horno el fondo de un molde desmontable y vertimos la mitad de la masa anterior y la extendemos. Agregamos la manzana rallada, espolvoreamos con el resto del azúcar y con la mayor parte de la canela.
Se cubre con el resto de la masa extendiéndola bien y horneándola en el horno precalentado a 180º durante 20 ó 25 minutos Se deja enfriar y se mete en la nevera durante 2 horas. Se saca, se desmolda y se sirve espolvoreada con el azúcar glas mezclado con el resto de la canela (esto hay que hacerlo en el último momento, solo cuando se va a servir)

 Esta tarta tiene un poco más de complicación con respecto a las anteriores, en cuanto a la elaboración de la masa y al horneado. Pero es fácil e, igualmente, está riquísima.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Tarta de " la Ani "

El pasado 15 de agosto volví a hacer Tarta de Chocolate y Galletas. Ha sido la tarta número veinticinco  desde que empecé "la temporada" en diciembre para mi cumpleaños. Esta vez ha sido para una reunión familiar, porque además de en los cumpleaños,santos,esta tarta nos acompaña en las reuniones entre familia, amigos o en cualquier acontecimiento que requiera un "toquecillo especial".
La receta está en la entrada de bienvenida al blog. ¡Animaos a hacerla: está muy buena y es muy fácil de elaborar! Por ser la número veinticinco voy a contar lo que significa para mí esta tarta.


Tarta de Galletas y Chocolate

Esta tarta la hacía frecuentemente mi abuela Ani.. desde siempre, hasta donde llega mi recuerdo.
Si había un cumpleaños, tarta de chocolate y galletas. Si yo me iba a pasar un fin de semana a casa de algún familiar o amigo, tarta de chocolate y galletas. Si venía algún familiar que estaba fuera de la ciudad, tarta de chocolate y galletas. Pero lo más bonito de todo, era el cariño que ponía al hacerla, el gesto de dar a los demás lo que sabía que nos gustaba (¡y bien que nos gustaba!) sin esperar nada a cambio, simplemente el vernos felices.
Por supuesto, cada año para mi cumpleaños "tarta de la Ani", hasta que hace casi cinco años se marchó definitivamente. Desde entonces soy yo la que sigo su legado para mi familia, amigos y todos aquellos que son especiales en mi vida por algún motivo. Nunca podría hacer "Tarta de la Ani" para alguien por quien no siento nada o que me es indiferente, o para una reunión o acontecimiento que no se precie de ser especial.
Hace unos meses hice una tarta para el amigo de un amigo.No le conozco pero sé que está pasando por un momento muy duro en su vida. Es una persona muy optimista y vital y parece ser, que necesita poco para tener mucho, tan poco, que se ilusiona comiendo chocolate o algo que lo lleve. Mi amigo me lo contó, y yo ni corta ni perezosa, propuse hacerle una Tarta de "la Ani". Este hombre tuvo algo más de dos segundos con la Tarta de" la Ani ", me comentó mi amigo.
Esta es la historia de la Tarta de "la Ani" como en mi familia la conocemos, no es  una gran historia, pero para mí representa algo muy emotivo en mi vida. Si la hacéis procurad siempre que sea para alguien muy especial o si es para reuniros y pasar un buen rato con la familia o amigos, que ese momento sea igual de especial. Así nos lo enseñó mi abuela.
Ya sabéis que la norma en Dos Segundos es combinar gastronomía,música y esos pequeños momentos del día que nos lo hacen más fácil (dos segundos). Hoy mis dos segundos han sido para recordar esos momentos que vivía cuando sentía el olor del chocolate y las natillas que servían para preparar la Tarta de "la Ani". Esa es la receta que os propongo hoy: Tarta de Chocolate y Galletas, Tarta de la Ani. Y, claro,  quisiera acompañarla con una música muy vital y alegre. Tal y como era mi abuela. Así que he elegido "Alegría" una canción que formaba parte de la banda sonora y daba nombre a un espectáculo del "Circo del Sol". Podéis escucharla aquí.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Eleonora


 Medianoche de un sábado cualquiera, en la segunda cadena emitían una película para mayores. Pero, en esa película, algo llamó la atención a una niña de apenas doce años, su música. La película se llamaba Lady sings the blues y era sobre la vida de Billie Holiday. Desde muy pequeña, todo ese mundo del Jazz de las décadas de los treinta y cuarenta apasionaba a aquella niña. A pesar de que nunca había oído hablar de esa mujer, quizás, ni siquiera había oído sus canciones hasta ese momento. Pero la historia de aquella vida tormentosa y su música, la cautivaron. Protagonizada por Diana Ross mostraba toda esa vida tan corta pero tan intensa que llevó Eleonora Fagan Gough. Fue casi por casualidad como comenzó su carrera cantando "Trav'lin all alone" en un club de Harlem al que asistió para una prueba para bailarina. La prueba supuso un fracaso para la bailarina pero un éxito para la cantante. Desde entonces, y hasta el día de su muerte (a pesar de su corta vida) dejó un gran legado para el mundo del jazz.

El pasado 17 de julio hizo 53 años de su muerte y, por ello, desde "Dos Segundos" he querido hacer una breve reseña a la gran Holiday y explicar como su música se adentró en mi vida con apenas 12 años. 

Como quiero que sea norma en "Dos Segundos", gastronomía y música irán de la mano. Hoy mis "Dos Segundos" han sido escuchando "Night and Day", de Billie Holiday y disfrutando, junto a mi familia, de un trozo de Tarta de piña y nata.


Receta de Tarta de Piña y Nata

Ingredientes
 . Una piña madura o en su defecto una lata de piña al natural
 . Bizcocho casero o magdalenas
 . Nata para montar
 . Azúcar al gusto (para la nata)
 . Fideos de chocolate para adornar

Elaboración
En la base de una bandeja ponemos bizcocho casero o magdalenas cortadas formando una capa.
Trituramos la piña y la ponemos cubriendo la capa de bizcocho o magdalenas.
A continuación volvemos a cubrir con bizcocho y de nuevo con piña.
La última capa es de bizcocho. Montamos la nata con el azúcar (ésta al gusto), tiene que quedar bastante dura. Yo la hago con varillas manuales pero la batidora eléctrica es más rápida.
Por último cubrimos con la nata y adornamos con fideillos de chocolate y... al frigo.

¡Hay que comerla muy fría!

miércoles, 8 de agosto de 2012

Bienvenidos a Dos Segundos


Hoy 8 de agosto de 2012 nace mi blog.Ya somos el 75% de la familia los que somos blogueros, y sólo es cuestión de tiempo (por edad) para que seamos el 100%.
La persona que más me ha animado a hacerlo ha sido mi hija. En una familia en la que la mitad de los miembros son expertos blogueros, yo era como la nota desafinada de una melodía.
Yo no me muevo mucho por la red (solo lo preciso), así que espero que con el blog, me vaya introduciendo poco a poco en este mundo.

No pretendo igualarme a ellos (eso sería muy difícil), pero sí tener mi propio espacio en este mundo (por ahora con la ayuda de ellos).

El nombre de mi blog es Dos segundos. Para mí sería el tiempo mínimo que deberíamos de tener todos al  día, para sentirnos como en el paraíso.¡Qué menos que dos segundos! A veces tan necesarios en el día a día.

Las entradas serán variadas, no es un blog especializado en un tema en particular, aunque predominará la cocina y alguna canción que durante dos segundos me hayan hecho sentir algo especial.

Para ser la primera entrada y la de bienvenida he escogido como canción Summertime de la gran Billie Holiday y como comida para un nacimiento (como no) la Tarta de Galleta y Chocolate de mi Abuela Ani.

¡Buscad vuestros dos segundos al día y disfrutadlos!