lunes, 28 de octubre de 2013
Crónicas Aéreas.
Destino: Londres.
Hora de salida del vuelo: 2'10 am.(Para que nos entendamos, las dos de la mañana).
Lugar de salida: Málaga, aeropuerto Pablo Ruíz Picasso.
Hora de llegada: 4'00 am (hora de llegada inglesa, le quitamos una hora).
Total horas de vuelo: tres horas menos diez, aproximadamente.
Lugar de llegada: aeropuerto de Gatwick.
Duración de la estancia en Londres: 6 días, 5 noches.
Todo un sueño para cualquier mortal, sólo que... hay un problemilla ¡Tengo pánico a volar!
Es la 5ª vez que lo hago entre idas y regresos. Muy poco para muchos, mucho para otros, para mí...¡Tengo pánico a volar!
Con todo el cariño del mundo, días antes, los que me conocen y saben de este pánico en mi persona, me llaman para darme ánimo, me mandan mensajes al móvil, me aconsejan...pero sobre todo me dicen que ese pánico desaparecerá a base de volar muchas veces.
Unos tres días antes, mi estómago parece que se ha separado del resto de mi cuerpo. Cada bocado que ingiero, pasa de la boca al esófago y...ahí se queda sin saber para donde tirar, porque no puede bajar más, sólo quiere salir por donde ha entrado.
Las manos me tiemblan considerablemente. El corazón suena, suena, retumba y casi explota.
Lloro y lloro, empiezo a mirar todo lo que me rodea como si fuese la última vez que lo voy a ver.
El carácter...mejor ni mencionarlo.
Mis hijos (que no nos acompañan)...¡ay mis hijos!
Y... llega el esperado y temido día. Llegamos al aeropuerto, ¡no hay nadie! ¿Qué pasa? Los restaurantes y comercios cerrados, los asientos vacíos, mostradores de facturación cerrados...
Miro a un lado y a otro, empiezo a sudar e intento comer algo que llevo en el bolso. ¡Lo consigo, me pasa al estómago!. No sé cuanto tiempo me va a durar dentro y empiezo a pensar..."dos segundos, dos segundos, necesito mis dos segundos" ¿Dónde están? Hoy no los he encontrado, los tengo que buscar...pero no aparecen por ningún lado.
Nos esperan dos largas horas para poder embarcar y no sé como voy a sujetar mi cuerpo. Quiero empezar a correr por toda la sala (enorme), hasta agotarme y quedar rendida y como un niño pequeño, que me cojan en brazos sin despertarme y sin enterarme de nada, abrir los ojos y estar en ¡Londres! .
Empiezan a llegar algunos viajeros con los que compartimos vuelo. Les miro, parecen tranquilos.Pero... tampoco me trae paz la tranquilidad de los demás.
Y...llega la hora de embarcar: nos quitamos zapatos, cinturones y todo objeto metálico que pueda hacer sonar la alarma de que llevas algo sospechoso encima...pasamos sin problema el control. Volvemos a recomponernos.
Deambulamos un poco por una tienda de perfumes, comida, bebidas...pero nada me llama la atención. Me siento como perro perdido en un centro comercial. Bajamos interminables rampas automáticas, atravesamos pasillos que parecen no llevar a ninguna parte y llegamos a la sala de embarque. ¡Ya no puedo más! ¡Voy a correr, a gritar...! Entregamos la tarjeta de embarque y volvemos a caminar por un largo pasillo hasta que al fondo...¡allí está... la puerta de entrada al avión!¡La puerta de entrada a un viaje idílico! Los instantes en los que atravieso esa puerta, no los puedo describir, es como si todo me diera vueltas alrededor, y de pronto me veo en el asiento correspondiente a mi billete y con el cinturón bien apretado. No sé como lo he hecho, ni siquiera sé si lo he hecho yo. Los motores empiezan a rugir, mis nervios me han dejado en silencio e inmóvil. Ahora entiendo eso del "silencio de los corderos" y... ¡empieza a moverse!. Una guapa azafata, inglesa por supuesto, nos enseña como utilizar esos artilugios del demonio en caso de... ¡Dos segundos, por favor, dos segundos, hoy son vitales!¡Qué pare de hacer gestos con las manos! ¡En caso de...lo que menos voy a hacer, es mirar debajo del asiento para coger el chaleco ni tirar de ninguna anilla! Pienso en muchas cosas a la vez y me aturdo, mi marido intenta distraerme, me da la mano. El pasajero que hay junto a mí, un inglés que viene de Marbella de jugar al golf , me mira, me sonríe, se acomoda para dormir y se duerme. ¿Pero cómo se puede dormir? ¡Claro, es lo normal que deberíamos de hacer todos, son las 2 de la madrugada!
¡¡Y... despega!! ¡¡Empiezo a marearme!!Pero ahora no me puedo levantar...y aunque pudiera...creo que no tengo piernas, ni cuerpo, ni nada, se me ha ido todo.
En poco tiempo, nos podemos quitar el cinturón y retrepar el asiento para estar más cómodos... yo sigo con el cinturón puesto y el respaldo erguido. Mi asiento puede parecer el "asiento fantasma", parece que no hay nadie. No me muevo, no hablo, casi no respiro. Miro a mi izquierda y mi marido también se ha dispuesto a dormir. ¿Qué hago? De repente, parece que mi cuerpo empieza a volver muy poco a poco a su sitio. Empiezo a mover los dedos, las manos, estiro un poco las piernas y en mi agonía interior algo de tranquilidad, empieza a sentirse. Puedo moverme hasta sacar del bolso que llevo colgado, una libreta y un bolígrafo. Los dejo sobre mis piernas un buen rato. No puedo escribir, mi cabeza está vacía. Siento tantas cosas a la vez, que casi no siento nada. De repente, una canción viene a mi pensamiento, Oh Darling, The Beatles y es la que me arranca la vida.
Empiezo a relajarme, mi cabeza se empieza a aclarar algo y me viene la idea de escribir todas esas sensaciones que desde hace días, habitan junto a mi. Luego pienso, podría llevarlas a una entrada en el blog y...aquí estoy.
Mientras escribía, volvió a aparecer la guapa azafata y nos ofreció algo de comer y beber. Incluía algo salado y algo dulce. El dulce fue una exquisita tarta de zanahoria,de lo poco gastronómicamente hablando, junto con el té que es bueno en estas tierras. Entonces...sin buscarlos...¡ encontré mis dos segundos!
El viaje concluyó felizmente, pero tengo que decir una cosa más...el miedo a volar...jamás se me quitará, pero no dejaré de subirme a un avión si es necesario para poder pasar días tan extraordinarios como los que vivimos en Londres.
¡Buen viaje y buen provecho!
Tarta de zanahoria londinense.
Ingredientes
. 215gr de harina.
. 165 gr de zanahorias peladas y ralladas.
. 200gr azúcar extrafino.
. 1 y 1/2 cucharadita de bicarbonato.
. 1 cucharadita de levadura en polvo.
. 1 " de canela.
. 1/2 cucharadita de clavo en polvo, nuez moscada y un poco de sal.
. 150ml de aceite de oliva.
. 3 huevos.
. 125 gr nueces picadas.
. 150 gr de pasas (opcional).
Para el glaseado
. 225gr de crema de queso.
. 75 gr de mantequilla.
. 2 cucharaditas de extracto de vainilla.
. 450 gr de azúcar glasé tamizado.
. Ralladura de cáscara de naranja.
Elaboración
- Calentar el horno a 180ºC. Cubrir con papel el molde dónde se vaya a cocinar.
- En un bol, mezclar la harina tamizada, el azúcar, bicarbonato, levadura, especias y la pizca de sal.
- En otro recipiente, batir los huevos y el aceite. Agregarlos a la mezcla de harina y mezclar bien. Incorporar las zanahorias, nueces y en su caso, las pasas.
- Verter en el molde. Hornear 30 ó 35 minutos. Dejar enfriar.
Glaseado
Con batidora mezclar el queso, la mantequilla y la vainilla hasta que quede una pasta suave,incorporar poco a poco el azúcar y la ralladura de naranja. Extender por la superficie de la tarta y por el medio (abriendo ésta por la mitad)cuando esté fría.
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Hola Macorina: Parecia el guion de una peli........jajjja pero con un final feliz.....esa maravillosa tarta...
ResponderEliminarme alegro que todo iria bien.........desde luego ir en avion siempre es una aventura...
un abrazo
Te doy la razón, un avión es toda una aventura, pero para unos más que para otros.
ResponderEliminarTodo terminó felizmente, tanto a la ida como a la vuelta. Y como digo, seguiré haciéndolo aunque jamás de los jamases, como se suele decir, se me quitará ese pánico tan horroroso. Al contrario, cada vez más vieja...más miedo.
Hola, soy Ana (la vecina), acabo de descubrir tu blog gracias, ¿como no?, a Mª Jesús, otra cosa que agradecerla.
ResponderEliminarQuiero decirte que me encanta como nos has contado tu experiencia, como dice Sarabel, parece el guión de una película, y me gusta mucho la idea de terminar la entrada con una receta tan apetitosa
Voy a seguir "investigando" , de momento lo que veo me gusta mucho
Un Besin
Ana